Lo importante es un suspiro, una mirada, una frase de esas que te levantan el alma. Son las pequeñas cosas de nuestro día a día, la esperanza de un camino en primavera, la sonrisa que acompaña a los grandes logros, la fuerza de escalar una montaña lejana, o la promesa del amor incondicional. No hay que buscar grandes palabras, sólo grandes sentimientos, de esos que están escondidos detrás de momentos pequeñitos.