Míranos. Aquí. Parados frente a ti. De pie sobre una mesa. Tensos y relajados. Libres, despreocupados, porque nos da igual. ¿Pensabas que diríamos lo contrario? Somos jóvenes de un mundo en destrucción, demasiada reflexión para tanto cerebro vacío, críticos, emprendedores, viajeros sin maleta y con una pizca de ilusión. Uy... suena duro. Mejor no oírlo. Mejor mirar para otro lado, y seguir viendo el espectáculo de la vida. Observar con lupa a los demás y no a uno mismo. Todo por no darnos cuenta, de que no hay ningún enemigo peor que nosotros mismos.